Lo difícil que debe ser viajar en el tiempo

Al hablar de máquinas del tiempo, la mente automáticamente nos trae la imagen de 3 posibilidades: la que aparece en la película The time machine (1960, basada en una novela de H. G. Well del mismo nombre), parecida a un asiento con luces, palancas y botones de colores, adornado con una gran sombrilla china a la espalda del piloto; la máquina del tiempo de Stewie Griffin (de la serie Family Guy), que cuenta con 2 piezas: una cabina donde se realiza el viaje de partida y un plato de metal que es portátil y se coloca a los pies del viajero del tiempo una vez que desea o volver a la cabina en el tiempo actual o viajar a otro periodo de la historia; por último, tenemos a la entrañable y más famosa de todas: el DeLorean DMC-12 modificado (de la película Back to the Future). Para efectos del presente material, esta última será la máquina del tiempo que usaremos de ejemplo.

De izquierda a derecha: The time machine (1960) / Máquina del tiempo (Family Guy) / DeLorean DMC-12 (Back to the Future)

El tema de los viajes en el tiempo, es un concepto que, a nivel de las masas comunes y corrientes, entendemos gracias a diversas referencias y relatos de películas y libros de ciencia ficción; entre los temas conocidos están los viajes al futuro y al pasado, la posibilidad de modificar los eventos de la historia (generalmente metiendo la pata hasta el fondo) y las fulanas paradojas, como eso de encontrarse con uno mismo, matar a nuestros antepasados o ser nuestro propio progenitor; cualquier otro aspecto del viaje en el tiempo imposible de explicar se le achaca a la física cuántica (una cosa que hasta los científicos de verdad no entienden a plenitud).
Pues bien, en lo personal, el viaje en el tiempo presenta un par de dificultades que quisiera exponer. La primera tiene que ver con los datos del tiempo, es decir, todos los sucesos de la historia humana y todo lo que ha pasado en el universo, desde mi humilde opinión, deberían estar registrados en alguna parte; por ejemplo, al pensar un poco cada uno de nosotros podemos viajar al pasado que recordamos, generalmente con muchos agujeros, pero estos recuerdos pueden incluir sitios, rostros, fechas, estados de salud, colores, sonidos, olores, el clima, la temperatura y hasta sentimientos, quizás al reunir a todos los participantes vivos que tengan una experiencia en común a la nuestra sea posible reconstruir de forma muy detallada un evento (suponiendo que ninguno de los participantes añada material ficticio resultante de la imaginación que es tan prolija a la hora de recrear experiencias vividas); si de alguna forma se lograse recolectar los datos de la mente de todos los humanos vivos hoy en día, se puede entonces, a lo sumo, reconstruir hechos de 130 años de edad (la misma que el humano de más edad vivo hasta la fecha), seguro habría muchos hechos imposibles de reconstruir, pero una máquina del tiempo que funcione a base de recuerdos tendría ese margen de funcionamiento; ahora bien, existen los registros históricos, desde todos los datos en Internet y otros medios de almacenamiento digital y analógicos, libros, porciones sueltas de escritura, símbolos y hasta el registro fósil, le podemos añadir a la memoria histórica más datos aún y más años de acontecimientos; entonces tendríamos una máquina del tiempo capaz de ser por lo menos un aparato dónde consultar eventos del pasado; todo esto dentro de lo humanamente posible.
Pero vamos a imaginar, como mencioné al principio del párrafo anterior, que todos los acontecimientos, eventos, sucesos, todo lo que ha pasado hasta este momento esté almacenado en alguna parte, el reto de viajar en el tiempo tendría que ver entonces con encontrar la manera de acceder a estos datos y ser capaces de ubicar el evento al que se quiere llegar; una vez salvado este obstáculo, habría 2 formas de viajar en el tiempo: 1) que aparezca visualmente como en una pantalla el dato consultado para poder estudiarlo o enterarse de lo que pasó, sin posibilidad de modificarlo o vivir el momento más allá de lo audiovisual (como forma básica de comunicación). 2) que de alguna manera se pueda viajar o saltar físicamente al momento pasado, ya sea una persona que se atreva a realizar el viaje o con una sonda exploradora que registre los datos; por tanto, nuestra máquina del tiempo tendría que ser capaz de realizar esta cosa.
Entonces tomemos a nuestro querido DeLorean DMC-12, o DeLorean a secas. No voy hablar de la fuente de energía necesaria que lo haga funcionar. Me voy a referir más bien a las capacidades que debería tener, para lograr realizar el salto en el tiempo, o más precisamente: la capacidad de moverse por el “espacio tiempo”; en este artículo agrego al concepto de tiempo, la cualidad del espacio; ya que nuestro DeLorean si va a saltar al pasado (o al futuro), necesariamente debe tener la capacidad de poder moverse en el espacio también, para poder entonces aparecer en la fecha deseada y en el lugar deseado. Quizás alguien pensará: “bueno, le ponemos un GPS especial que nos ayude a llevarlo a la Europa pre-colombina, o a Egipto el día que terminaron las pirámides”. Ok (carraspeo aclarándome la garganta) el espacio al que me refiero no es al lugar de la tierra, hablo del espacio de ubicación en el universo, de tooooodo el universo.
Se sabe muy bien que un DeLorean equipado con un condensador de flujo (o fluzo) debe alcanzar la velocidad de unos 140 km/h (80 mph) y recorrer digamos… en números redondos… unos 100 metros para dar el salto al futuro o al pasado; de modo que el DeLorean debe contar además del condensador, con algún aparato que le permita calcular los 100 metros recorridos para más o menos aparecer en el mismo sitio (suponiendo que el viajero en el tiempo no tenga la intención de conocer otros lugares) o algunos metros más allá donde desapareció para dar el salto. Parece fácil calcular esa distancia. Pero, queridos lectores, no… la calculadora del DeLorean debe sacar otras cuentas.


Por ejemplo, quizás la primera vez que viajemos en el tiempo, para no tomar demasiados riesgos, configuramos el salto a tan solo 1 minuto al futuro o al pasado. ¿Qué cosas pasan en 1 minuto en el universo? Pues bien, la Tierra, en su movimiento de rotación, ha movido unos 150 km el lugar donde se encontraba nuestro DeLorean (vamos a suponer también que realizamos este salto en el Ecuador terrestre para no andar moviéndonos a otras velocidades que no son parte del promedio), así que la calculadora de espacio-tiempo, debe ser capaz de ubicar la máquina del tiempo a 150 km hacia adelante o hacia atrás (dependiendo si se viaja al futuro o al pasado) para quedar más o menos en el mismo sitio; un cálculo un poco más complicado, pero dentro de las posibilidades que posee toda calculadora de espacio-tiempo.

Pero, desgraciadamente, desde que se quitó a la Tierra del centro del universo (culpa de Copérnico y Galileo), nuestro planeta se mueve alrededor del Sol, de modo que en un minuto, aquellos que presenciaron el primer viaje en el tiempo (claro, es todo un suceso televisado en todas las cadenas del planeta, no puede hacerse simplemente y de forma anónima en el estacionamiento de un centro comercial), así que los espectadores se han movido junto a la tierra 1.800 km adicionales a los 150 km de la rotación.

El tiempo es una ilusión. Y la hora de comer, más todavía (The Hitchhiker's Guide to the Galaxy)

Ahora bien, vivimos en un sistema solar al que no le gusta quedarse quieto, así que mientras contenemos la respiración dentro del DeLorean (vemos lucecitas, llamaradas de fuego, rayos y escuchamos distintos ruidos) notamos que nuestra calculadora espacio-temporal comienza a subir su temperatura para poder sumar a la ecuación la distancia de 15.000 km (en el lado que ocupa en la espiral que le da forma a la Vía Láctea) para que no aparezcamos debajo de la tierra o muy arriba en el cielo, sino lo más cerca posible del punto de partida (recuerden que no queremos ni ir a Francia o a Egipto, estamos haciendo un simple viaje inaugural de 1 minuto hacia el futuro o al pasado).
Pues bien, la Vía Láctea no viaja sola, está montada en una especie de transporte llamado Grupo Local de Galaxias (40 según Wikipedia), moviéndose a unos 300 km por segundo, es decir, que nuestro DeLorean debe acelerar para alcanzar su punto de origen, que ahora tiene un añadido de 18.000 km. A este Grupo Local de Galaxias les encanta la velocidad, viajando por el universo a un mínimo de 800 km por segundo (para ser conservadores), sumemos 48.000 km a la cuenta.
Bueno, ¿cuál es el problema? Tomamos una tabla de Excel, escribimos las cifras y le damos al botón de sumado automático, si queremos ir al pasado viajamos hacia atrás miles de kilómetros o para ir al futuro nos damos un largo paseo hacia adelante.

Por si alguno no sebe lo que es un movimiento curvilíneo

Pues no, recuerden que toda la distancia a la que nos hemos movidos no es en línea recta: la tierra gira sobre su propio eje, a la vez se mueve alrededor del Sol, el Sol también se traslada en la espiral de la Vía Láctea (es decir, un movimiento curvilíneo); según entiendo, la Vía Láctea también se da su vuelta en el Grupo Local de Galaxias y aparte de esto, el Grupo Local de Galaxias van dentro de una convención de varios Grupos Locales de Galaxias llamada Supercúmulo (hay varios Supercúmulos por cierto), a saber a qué velocidad viaja todo el conjunto y en qué dirección están paseando.
Como seguramente ya nos dimos cuenta, la calculadora de espacio-tiempo del flamante DeLorean, debe tener un algoritmo que permita en 1 solo minuto calcular la distancia, la velocidad que debe alcanzar y la dirección que ha tomado el punto de partida, para más o menos aparecer en el mismo punto. En un solo minuto pudiéramos aparecer a miles de kilómetros del lugar donde hay aire respirable.

Nuestra calculadora espacio-temporal

Para realizar este cálculo, lo lógico es que nuestra calculadora espacio-temporal se valga de algún punto de referencia; bueno, yo no sé ustedes, pero me parece que cualquier punto de referencia también se está moviendo, a cualquier velocidad, a cualquier distancia y hacia cualquier dirección, ninguna de estas variables serían similares a nuestro propio punto de partida, por tanto nuestra calculadora ya comenzaría a presentar pantallazos azules.
Claro que todas estas cuentas y suposiciones son producto de una mente inexperta como la mía, seguro que la solución la puedan encontrar los científicos que estudian la física cuántica, donde se meten todos estos fenómenos del comportamiento del universo y los viajes en el tiempo (y el espacio) que ni ellos mismos entienden.

Sin spoilers: Me before you (2016)

Primera impresión

Creo que estamos pasando por la etapa de películas que habla de gente que cuida a otra gente que están en silla de ruedas.

Las actuaciones

Luego de un tiempo comandando un ejercito conquistando ciudades dentro de un universo ubicado entre lo medieval y el Señor de los anillos, Emilia Clarke (Sarah Connor, Terminator: Genisys, 2015), interpreta a Lou Clark, una joven con una particular forma de vestir, quien cuida a Sam Claflin (Finnick Odair, The Hunger Games Saga) quien se pone literalmente en las ruedas de Will Traynor, un chico que queda cuadripléjico luego de un accidente. Ambos personajes asumen su rol de forma curiosa, ya que Emilia Clarke usa muchas expresiones faciales que quizás sean producto de un tip nervioso para compensar el no poder andar disparándole a androides provenientes del futuro; mientras que Sam Claflin conserva su estilacho de galán irónico, algo de química entre ambos, pero sentí que faltó algo, algunas situaciones metidas con calzador.

La presentación de la historia

Pues bien, es la típica historia de dos personas que se conocen por las circunstancias por las que están pasando, que de otro modo ni siquiera hubiesen cruzado sus caminos. El guión no se prestaba para grandes escenas ni momentos memorables, una línea argumental sin muchas curvas (casi un paseo en una recta), sin desvíos ni flashback, un principio, desarrollo y final casi predecibles.

¿Por qué verla?

Como para un fin de semana de descanso y olvidarse un poco de los problemas personales, esta es la película. Para una tarde romántica viendo una película cursi. O para enterarse que los cuadripléjicos también tienen sentimientos.

Sin spoilers: Unconditional (2012)

Primera impresión

Hermosa película que... snif, snif... perdón, es que... snif, snif.

Las actuaciones

Protagonizada por Lynn Collins (Kayla Silverfox, X-Men Origins: Wolverine,2009) en el papel de 
Samantha Crawford una mujer que ha perdido a su amado esposo a causa de un asalto, un asesinato no resuelto que la sobrepasa al no encontrar respuestas de quién y por qué lo mataron. Michael Ealy (Danny, About Last Night, 2014) como “Papa” Joe Bradford, el mejor amigo de la infancia de Samantha, que en su vida de adulto se dedica a ayudar y ser guía de niños que viven en zonas pobres. Ambos personajes, junto a los demás participantes, estuvieron a la altura de la historia.

La presentación de la historia

Basada en la vida real, la película se desarrolla dentro del dolor emocional de la protagonista, las condiciones sociales en las que se encuentra un grupo de niños que habitan en un barrio pobre y la lucha por su salud que vive el guía y protector de estos niños. Es una historia sencilla, fácil de entender y, sobre todo, enseña valiosas lecciones de vida.

¿Por qué verla?

Es bastante emotiva, es una hora y media de un relato totalmente potable, llena de héroes sin capa y sin super-poderes. Y más allá de eso (aunque es una buena película), yo la vería sin audio ni sub-títulos, solo porque sale ella. Miren qué ojazos se gasta esta chica:


Sin spoilers: The Fundamentals of Caring (2016)


Primera impresión

Curiosa sensación la que se siente de ver una película de un tipo que tiene Distrofia Muscular, cuando también sufro de lo mismo.

Las actuaciones

Craig Roberts en el papel de Trevor, un joven con distrofia muscular, comienza a recibir cuidados por parte de Ben (interpretado por Paul Rudd, Ant-Man, 2015), un hombre que acepta ese trabajo luego de estar tratando de superar por algún tiempo un hecho trágico que marcó su vida. La desventuras de padecer Distrofia Muscular están bien logradas, sobre todo en la actitud ácida (recubierta de humor negro) y sinceridad extremas, típico comportamiento de quienes vivimos esta fastidiosa enfermedad.

La presentación de la historia

Se centra en el desarrollo de la amistad de los 2 personajes principales de la trama, su interacción y luchas internas con sus propios temores y prejuicios, superando cada uno los obstáculos del otro a empujones. La burla, las discusiones y los retos mutuos construyen una trama nada aburrida, alejándose de los dramas o dificultades presentes en este tipo de historias.

¿Por qué verla?

Creo que la recomiendo por sentirme identificado con el protagonista, pero sinceramente está bien lograda la historia sin caer en parcialidades.

Sin spoilers: Equals (2015)

Primera impresión

Una agradable experiencia visual... minimalista, limpia, ordenada.

Las actuaciones

Kristen Stewart (Bella Swan, The Twilight Saga) interpreta el papel de Nia, una chica encargada de elaborar relatos de ciencia interpretativa (lo que sea que signifique tal cosa); Nicholas Hoult (Hank McCoy / Beast, X-Men: Apocalypse, 2016) como Silas, un chico que se dedica a dibujar lo que Nia redacta (es decir, si hablan de naves espaciales aterrizando en otro planeta, entonces debe dibujarlo); ambos trabajan en un departamento de diseño gráfico que se encarga de crear contenido web para una sociedad post apocalíptica sobreviviente a una guerra que casi aniquiló a la humanidad. En este caso Kristen Stewart entró muy bien en el papel, ya que su apariencia y expresiones faciales nulas mostradas a lo largo de su carrera es el tipo necesario para esta película, me sorprendió mucho verla mostrando emociones acordes a la evolución del personaje; por su parte Nicholas Hoult repite la interpretación que ya hemos visto en películas anteriores (a escepción de Nux en Mad Max: Fury Road, 2015, donde hace de seguidor fanático de una especie de culto al líder).

La presentación de la historia

Como ya mencioné antes, la historia se desarrolla en una sociedad sobreviviente a una guerra mundial que casi acaba con la raza humana, se adoctrina a los ciudadanos para que repriman las emociones y sentimientos como el romance, la atracción sexual y la violencia, considerándolas una enfermedad que debe ser tratada y en algunos casos, los que la padecen llegando al nivel más alto, deben ser eliminados. La sociedad utópica a la que pertenecen estos ciudadanos se caracteriza por la austeridad de las edificaciones y ropa, la sencillez de las comidas y el contacto con la naturaleza, creando una experiencia visual y sonidos ambientales muy relajantes.

¿Por qué verla?

Está echa para quienes nos gustan las historias de sociedades utópicas, post-apocalípticas; esta película tiene una argumentación sencilla y una consecución de sucesos de forma lógica; es una obra psicológica mas no requiere un esfuerzo mental para entender lo qué está pasando; no entra en complicados argumentos, ni situaciones emocionales fuertes.